
No perdimos, no nos esterilizamos, no compramos la baratija esa: LA MODERNIDAD NUNCA MURIÓ y la disruptivamente inocua artificialidad gourmet, glamourousa y hasta académica del aparente nuevo "reino de la libertad" posmoderno, no coopta, no seduce, no alarma a nadie.
Pero sí disgrega...
ResponderEliminar