hiroshima

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sábado, 1 de mayo de 2010

Fragmento 1


(Cuando el hipster termina de hablar, todos callan y regresan las miradas a sus compañeros de mesa. En la de los cuatro, la pulquera regresa con sendos tarros llenos de colores disímbolos pero rítmicos que hipnotizan de inmediato a Santiago. La pulquera cobra veinte morlacos por tarro y luego se va; ellos comienzan a beber,Juan mira atentamente el suyo)

Juan: Ni siquiera estoy seguro de esta duda, o mejor, lo que me parece muy incierto es la llana contradicción entre la paradoja sin ubicar del aire de arriba y la estabilidad del pulque de abajo. Observando algo más de cerca, vemos sin dificultad que los pies de ese tarro que contiene y encierra el líquido, y en el cual se aloja un significado, esos pies que descansan sobre un suelo visible y seguro por su tosquedad, están de hecho biselados: no tienen más superficie de contacto que una punta circular que ni siquiera científicamente toca la mesa:el tarro se apoya en la nada. ¿Colapso inminente? ¿Desbordamiento del liquido, del significado? ¿Vidrios rotos, esquirlas fragmentables ad infinitum?,¿algoritmos separados unos de otros hasta el punto de que nosotros tal vez nunca podremos recuperarnos de su lejanía ? ¿Todo ese desplome de mampostería por el suelo, mientras que allá, muy arriba, el tarro sin medida ni ubicación persistirá en su inaccesible inmovilidad de cuadratura?

Santiago: Semejante traición solo puede ser tipificada como la falacia del giro ocular.

Gaborina: El velo de Maya.

Santiago: Negación de la sensibilidad.

Gaborina: ¿Sientes ésta?

Javier: Sin comentarios.

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